19 de October 2022

Un futuro enmarcado por aluminio: las ventanas de este metal son las únicas capaces de asegurar la circularidad del material

Con las ayudas del fondo Next Generation para la reforma inmobiliaria toca enfrentar preguntas como qué materiales escoger

• La Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie expone los motivos que hacen del aluminio el mejor material para los marcos de puertas y ventanas.

 

• ¿Qué beneficios aportan los cerramientos de aluminio? Ahorro energético con el consiguiente ahorro económico en las facturas de gas y luz, buen aislamiento, circularidad, sostenibilidad, seguridad, durabilidad y no necesidad de mantenimiento.

 

• “El aluminio ofrece una excelente relación de prestaciones vs. coste y es, por tanto, un material de alta rentabilidad. Los marcos y ventanas hechos en aluminio son inversiones en elementos que sabemos que perdurarán y mantendrán sus virtudes y propiedades con el paso del tiempo”, ha dicho Armando Mateos, presidente de AEA.

 

Lo hemos dicho muchas veces, pero no nos cansamos de repetirlo: el aluminio es y será un material clave para la Economía Circular; ese horizonte hacia el que gobiernos, industrias y ciudadanía llevamos años trabajando por llegar y que cada vez está más cerca, si bien es cierto que el conflicto en Ucrania ha ralentizado este proceso en los últimos tiempos.

 

Desde AEA -la Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie, que representa a más de 600 empresas del sector- se sigue trabajando incansablemente por lograr concienciar sobre el gran aporte medioambiental de este material y no dejar que el buen ritmo que habíamos logrado en el camino hacia el cambio se ralentice por el lastre de las consecuencias económicas de la guerra en Europa. Pero, advierten, “sigue habiendo mucho en juego. No podemos distraer nuestra atención del foco medioambiental, pues estamos llegando a un punto de no retorno, como ha dejado en evidencia todo lo acontecido este verano y en las últimas semanas”, señala Jon de Olabarria, Secretario General de AEA.

 

Uno de los sectores en los que más se está trabajando por lograr una mayor circularidad, sostenibilidad y ahorro de energía, es en el de la construcción. No solo en las edificaciones de nueva construcción; también en las que están siendo o van a ser reformadas, siendo este uno de los esfuerzos para los que, desde Europa, se están destinando muchas inversiones. De hecho, ya comienzan a llegar y a abrirse los plazos de solicitud para los diversos programas de ayuda a la rehabilitación de las comunidades autónomas, dotados con el dinero procedente del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Unos fondos destinados por Europa a reparar los daños provocados por la crisis del COVID-19 y, a través de reformas e inversiones, construir un futuro más sostenible.

 

Cuando, dentro de estas reformas decidamos reemplazar nuestras ventanas y/o puertas, deberemos encarar la decisión de por qué materiales nos decantamos en los marcos. En este punto, ¿por qué el aluminio debe ser el material por el que nos decantamos?

 

“Ante todo, debemos señalar que el aluminio ofrece una excelente relación de prestaciones vs. coste y es, por tanto, un material de alta rentabilidad. Los marcos y ventanas hechos en aluminio son inversiones en elementos que sabemos que perdurarán y mantendrán sus virtudes y propiedades con el paso del tiempo. Además, apenas requieren de mantenimiento”, ha dicho Armando Mateos, presidente de AEA.

 

El aluminio también contribuye a lograr una mayor eficiencia y reducir las facturas de gas y electricidad por calefacción y aire acondicionado al reducir su necesidad, además de contribuir a aislar del exterior. Asimismo, su dureza y resistencia garantiza la seguridad de las viviendas.

 

Asimismo, este material puede reciclarse sin perder calidad, manteniendo sus propiedades de rendimiento originales, incluso tras múltiples ciclos de reciclaje, lo que permite utilizarlos repetidamente para la misma aplicación. En cambio, las características de rendimiento de la mayoría de los materiales no metálicos se degradan tras el reciclado.

 

Dado que la energía necesaria para reciclar el aluminio es aproximadamente el 5% de la que se necesita para la producción primaria, los beneficios medioambientales del reciclaje son evidentes. La cantidad de energía que se ahorra con el reciclaje (hasta un 95%) se corresponde con un ahorro equivalente de gases de efecto invernadero.

 

Por tanto, elegir aluminio es un acto de responsabilidad. Aunque los productos de aluminio puedan tener un precio superior (de forma coyuntural o circunstancialmente) a otros productos que desempeñen la misma función, pero en otros materiales, se debe tener presente que la apuesta por el aluminio es decantarse por un producto más duradero creado con tecnologías verdes e innovadoras y que contribuye a evitar la generación de residuos. Se trata de la elección más responsable.

 

El aluminio: material líder en reciclaje

 

El aluminio se ha reciclado desde el inicio de su producción industrial hace 125 años; como resultado, hoy en día alrededor del 75% de todo el aluminio que se ha producido permanece en uso.

 

Alrededor de la mitad del aluminio producido en Europa procede de materiales reciclados. Hoy en día, hemos alcanzado niveles de reciclaje del 90-95% para los vehículos y piezas de construcción al final de su vida útil y más del 73% para las latas de bebidas.

 

La recogida del aluminio de los productos de la construcción al final de su vida útil está cada vez más generalizada debido al alto valor de la chatarra de aluminio, si bien es un proceso aun mejorable y que puede potenciar aún más la total circularidad de este material, evitando que los desechos de los productos de la construcción se mezclen con otros flujos de chatarra y se exporten fuera de Europa.

 

La tecnología de clasificación evoluciona rápidamente, y están surgiendo nuevas plantas que pueden producir fracciones de aluminio de gran pureza adecuadas para refundirlas en nuevos tochos de extrusión, con un aporte mínimo de aluminio primario.

 

“Estas plantas demuestran la viabilidad técnica de la producción de perfiles de ventanas con un alto contenido reciclado y demuestran la superioridad del aluminio en cuanto a su reciclabilidad”, incide Mateos.

 

El reciclaje de perfiles "de ventana a ventana" (recogida en un solo lugar de desechos de perfiles de ventanas para enviarlos a un solo lugar con distancias de transporte razonables) ya existe y se desarrollará más en el futuro. Por lo que decantarse por perfiles de aluminio es hacerlo por un material que, una vez termine su vida útil, serán reciclados y volverán al ciclo de uso.

 

A pesar de ello, el actual reciclaje de artículos de aluminio usados en otras familias de productos (como en automoción o piezas de fundición) es de la misma calidad y contribuyen igualmente al rendimiento global del reciclaje de la industria ya que, en última instancia, está sustituyendo al aluminio primario.

 

Sin embargo, el suministro de marcos de ventanas con alto contenido de material reciclado está limitado por la disponibilidad de chatarra, que es insuficiente para satisfacer la demanda actual.

 

¿Por qué se sigue produciendo aluminio primario, si el aluminio es totalmente reciclable?

 

El aluminio es un material relativamente nuevo y su uso ha aumentado progresivamente a lo largo de los años. Actualmente, alrededor del 20% del aluminio producido se utiliza en edificios y el 40% en vehículos. Estas dos aplicaciones se caracterizan por tener una vida útil relativamente larga, por lo que se intenta aumentar la durabilidad y el rendimiento de los componentes para aumentar aún más su vida útil.

 

Dado que la cantidad de aluminio utilizado ha aumentado de forma constante a lo largo de los años, fundamentalmente en los sectores de transporte, construcción y envases, lo que puede recogerse y reciclarse hoy -incluso suponiendo una recuperación del 100% del aluminio disponible que llegó al final de su vida útil- no será suficiente para satisfacer la demanda actual de aluminio. En otras palabras, mientras las existencias de aluminio aumentan rápidamente, el aluminio secundario disponible de los productos al final de su vida útil crece mucho más lentamente, debido a la larga y creciente vida útil de las principales aplicaciones.

 

Como este limitado volumen de chatarra no puede satisfacer la creciente demanda de aluminio, el déficit debe ser cubierto por la industria del aluminio primario.

 

“Con todo, y si queremos hacer una elección que nos ayude a reducir nuestra inversión energética y económica, a contribuir a reducir las emisiones, y hacer una elección medioambientalmente responsable, sabiendo que nuestras ventanas tendrán una segunda vida cuando dejen de cumplir con su función, no existe duda posible: el aluminio es nuestro material, y será el aliado del planeta para que tenga un futuro más largo y mejor”, concluye de Olabarria.

 

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